Al menos cuatro personas han muerto y decenas han resultado heridas como consecuencia de los incendios que han afectado en los últimos días a poblaciones del norte y sur del estado de California, Estados Unidos.
Medios locales informan que dos mujeres de 66 y 73 años murieron y otras tres resultaron heridas a causa de un incendio forestal que arrasó la comunidad de Weed, en el norte del estado. Otras dos personas fallecieron este lunes en el sur de California en otro incendio que no pudo ser controlado, lo que obligó a cientos de residentes a abandonar sus hogares en medio de una ola de calor sin precedentes que experimenta la región.
En declaraciones a la prensa, el jefe de bomberos de la zona de Weed, Jon Heggie, aseguró que la sequía que vive actualmente el estado de California ha creado condiciones “extremadamente peligrosas”, ya que la tierra seca contiene una gran cantidad de combustible muerto.
“Todos estos incendios ahora tienen lechos de combustible receptivos para quema. Ahora, cuando algo comienza, tiene ese potencial de crecimiento exponencial en un corto período de tiempo simplemente porque todo está muy seco”, destacó Heggie.
Franklin Thom, residente de la pequeña ciudad de Yreka, huyó de su casa al borde de un bosque nacional de California. Llegó a un albergue con su hija y algo de ropa y medicinas. A diferencia de muchos otros, se enteró de que su vivienda sigue en pie.
Más de 100 viviendas se han quemado desde que estalló el incendio McKinney el viernes pasado, a pesar de que la lluvia ayudó un poco en el combate a las llamas, el fuego seguía descontrolado, indicaron los organismos de seguridad.
Impulsado por fuertes vientos y tormentas eléctricas, el incendio McKinney ha arrasado más de 21 mil 245 hectáreas del bosque nacional Klamath, cerca de Yreka, y según las autoridades, es el mayor incendio forestal de California en lo que va de año.
Mientras tanto, los residentes de Weed y de dos comunidades cercanas recibieron el viernes por la tarde instrucciones de abandonar sus hogares inmediatamente al verse cientos de casas amenazadas por las llamas. Otros incendios siguen ardiendo en el oeste de Estados Unidos, amenazando a gran cantidad de viviendas por lo que las autoridades están implementando planes estratégicos para controlar las llamas.
