El Senado francés dio dado luz verde en la noche al polémico proyecto de reforma de pensiones impulsado por el presidente, Emmanuel Macron, a pesar de las multitudinarias manifestaciones en contra de la medida.
Los legisladores lo aprobaron con 195 votos a favor y 112 votos en contra, en la Cámara Alta.
Los votos opuestos son mayoritariamente de los grupos de izquierda y ecologistas.
La primera ministra de Francia, Élisabeth Borne, indicó que es «un paso decisivo para llevar a cabo una reforma que asegure el futuro» de las pensiones.
Por su parte, el ministro delegado de Cuentas Públicas del país, Gabriel Attal, subrayó que «seguirán pagando próximamente 20 millones de pensiones cada mes».
Horas antes, miles de personas manifestaron en todo el país para protestar en contra de la reforma.
El Ministerio del Interior confirmó 368.000 manifestantes en 251 concentraciones y protestas en toda Francia.
Se trata de la jornada con menor participación desde el inicio de las movilizaciones, hace ya siete semanas.
El plan del Gobierno plantea elevar de 62 a 64 años la edad oficial de jubilación, ampliar los años de cotización necesarios para recibir la pensión máxima y eliminar los regímenes específicos que existen al día de hoy para ciertos sectores.