Un grupo de científicos, en vista de que algunas especies de bacterias están en peligro de extinción, propuso depositar muestras de heces y otros materiales biológicos en una gran bóveda del país.
Los investigadores aseguraron que este mecanismo es vital para estudiar y comprender de mejor forma cómo estos seres vivos se manifiestan en nuestros cuerpos.
Incluso, defienden que en un futuro -no muy lejano-, este proyecto podría ser de gran ayuda para que universidades de todo el mundo puedan descubrir nuevos tratamientos para enfermedades crónicas como la obesidad y el asma.
Mejor conocido como Microbiota Vault o Bóveda de Microbiota, dicho proyecto aún se encuentra en su fase piloto y se realiza en Suiza.
Extinción silenciosa
La microbiota intestinal es un sistema de microorganismos que se encuentra en el sistema digestivo y está compuesta por 100 billones de seres vivos, los cuales son fundamentales para la salud de los humanos.
El gran, pero diminuto mundo, que vive dentro de nuestros vientres está compuesto por algunas especies de bacterias.
Algunos investigadores detectaron que en los últimos años esta diversidad se está perdiendo poco a poco y desaparecen así algunos tipos de microorganismos.
El microbiólogo, Christian Hoffmann, quien colabora con la ‘Bóveda de la Microbiota’, explicó que esta desaparición de bacterias no se limita a nuestros intestinos.
«De la misma manera que estamos perdiendo plantas y animales, también estamos pasando por un proceso de extinción de los microorganismos que viven dentro de nosotros y también en la naturaleza«, advirtió.
¿Por qué desaparecen estas bacterias?
Hoffman señaló que el inicio de la extinción de los microorganismos se remonta a la Revolución Industrial, entre los siglos XVIII y XIX.
‘’A partir de ese momento, logramos refrigerar y conservar mejor los alimentos y hacerlos disponibles en grandes cantidades. La carne, por ejemplo, se volvió barata, accesible y fácil de conservar en casa’’, alegó el profesor de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de São Paulo (USP).
Estos cambios en la dieta de las personas se han revolucionado en las últimas décadas debido a la mayor disponibilidad de alimentos industrializados y ultraprocesados.
Otra de las razones de la extinción silenciosa es la alta cantidad de antibióticos, debido a que estos medicamentos combaten las infecciones bacterianas, por lo que el efecto secundario sobre la microbiota es severamente dañino.
Los antibióticos funcionan como una bomba nuclear: matan cualquier tipo de bacteria, no importa si es mala o beneficiosa.
La tercera razón de acuerdo a los investigadores es el aumento de los partos por cesárea, ya que cuando el bebé pasa por el canal de parto, toma ‘’para sí mismo’’ muchas de las bacterias del cuerpo de la mujer.
Aunque, ninguna de las tres razones estarán en el futuro prohibidas para mantener la microbiota dentro de nuestros organismos, tienen un fuerte efecto secundario sobre la diversidad bacteriana.
Una de las evidencias científicas con respecto al impacto sobre la extinción silenciosa de estos microorganismos es la que defiende la microbióloga Maria Gloria Domínguez-Bello, quien señala que esta microbiota podría funcionar incluso como medicamento.
‘’Trasplantar la microbiota de un animal sano a uno que está enfermo también puede funcionar como una especie de tratamiento y mejorar condiciones crónicas e inflamatorias como la obesidad, la diabetes y el asma’’, indicó la experta.
Para Hoffman, todas las observaciones no hacen más que refrescar la idea de la dependencia entre las bacterias y los seres vivos.
‘’La vida en el planeta depende de ese equilibrio y desarrollo conjunto de varios organismos. Las bacterias dependen de nosotros y nosotros dependemos de ellas’’, recalcó el microbiólogo.
