El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, instó a los rebeldes de Níger a liberar al presidente del país, Mohamed Bazoum, y restablecer el orden constitucional y la democracia: el «juicio por alta traición»al presidente al mandatario es ilegal.
«Esta decisión no solo está políticamente motivada contra un presidente elegido democráticamente, sino que no tiene base legal», comentó.
El 14 de agosto pasado, la cadena de televisión Al Jazeera reportó que la junta militar anunció la intención de procesar al depuesto presidente por «alta traición».
Turk recordó que Níger es uno de los países más pobres del mundo y extremadamente vulnerable al cambio climático.
«Actualmente las mismas personas, que los nigerinos eligieron para construir un camino para poner fin a su miseria, fueron retiradas por la fuerza en violación del orden constitucional y fueron detenidas por los golpistas. Deben ser liberadas de inmediato y la democracia, restaurada», subrayó.
El funcionario destacó que casi la mitad de la población vive en condiciones de pobreza extrema, con menos de 2,15 dólares al día, y millones dependen de la asistencia humanitaria.
Según Turk, el golpe empeoró la situación, en particular, el comercio fue paralizado, los precios de los alimentos aumentaron y se produjeron graves cortes de energía.
Asimismo el alto comisionado pidió acceso total y gratuito para la asistencia humanitaria, para permitir que el país reciba alimentos, medicamentos y otros suministros de socorro clave.
Desde el pasado 26 de julio, un grupo de oficiales integrados en el Consejo Nacional por la Salvaguarda de la Patria (CNSP) proclamó la destitución del presidente de Níger, alegando «el continuo deterioro de la situación de seguridad» y la «mala gobernanza económica y social».
Al día siguiente, el mando del Ejército nigerino proclamó que se une a los oficiales golpistas para evitar un baño de sangre y preservar la integridad física de Bazoum.
El 28 de julio se anunció que el general Omar (Abdourahamane) Tchiani, excomandante de la guardia presidencial, asumió la jefatura del CNSP y las funciones de «presidente de transición» en Níger.
Numerosos países y organismos internacionales condenaron en términos enérgicos el golpe militar en Níger, suspendieron sus programas de cooperación con el país africano y exigieron la restitución del orden constitucional.