El Gobierno alemán informó este viernes que tomó control de las tres refinerías dentro de su territorio que son dependientes del gigante petrolero ruso Rosneft, según informaron, el propósito es “asegurar el suministro energético nacional", dijo el ministerio de Economía alemán.
La Bundesnetzagentur (BNetzA) responsable de gestionar las redes energéticas, tomará el liderazgo de las Refining & Marketing GmbH y Rosneft Deutschland GmbH, para asegurar el funcionamiento de las refinerías de Schwedt, Karlsruhe y Vohburg.
Rosneft Deutschland representa un total de alrededor del 12 % de la capacidad de procesamiento de petróleo de Alemania, lo que la convierte en una de las mayores empresas de procesamiento de petróleo en el país.
Autoridades alemanas tienen la mira puesta en la refinería Schwedt, la cual puede procesar 233.000 barriles diarios y de sus productos finales como combustible, diésel y otros derivados que es estratégico para Berlín y al este del país.
El funcionamiento de esta refinería se ha visto comprometido ya que su meta es reducir el suministro ruso a cero hacia finales de año.
El comunicado del ministerio de Economía alemán asegura que las dos filiales de Rosneft han importado hasta ahora crudo por valor de varios cientos de millones de euros desde Rusia a Alemania cada mes.
La medida comienza este viernes y está inicialmente limitada a seis meses. Esta decisión surge como parte del embargo petrolero contra Rusia por parte de la Unión Europea (UE) a causa del conflicto bélico con Ucrania, que entrará en vigor el 1 de enero de 2023.
Desde el inicio del conflicto bélico en el país de Europa Oriental, los precios del petróleo subieron de manera escalonada, lo que empujó a grandes ganancias a Rosfnet, la cual aumentó sus beneficios en 432.000 millones de dólares en la primera mitad del año.
A pesar de las sanciones de Estados Unidos y países occidentales, Rosfnet continúa aumentando su producción para mercados emergentes como China e India, sin embargo, estimaciones del Agencia Internacional de Energía (AIE) pronostica que la producción de petróleo de Rusia caerá 1.9 millones de barriles diarios por las recientes medidas adoptadas por la UE.
En una reunión celebrada en Alemania, los ministros de finanzas del G7 han acordado un plan para prohibir el seguro y la financiación de los envíos del combustible ruso, al menos, que los compradores estén dispuestos a pagar un precio máximo.
Esta iniciativa liderada por los Estados Unidos prevé que los compradores se adhieran al precio máximo o se arriesguen a no poder suministrar el petróleo.
