Este lunes el ministro del Interior de Turquía, Süleyman Soylu, informó que el número de muertos que dejó el terremoto que azotó a su país ascendió a 48.448, así lo informó en una conferencia de prensa en la provincia de Malatya.
El ministro turco señaló que de la cifra total de fallecidos, 6.660 eran ciudadanos extranjeros y destacó que aún continúan los trabajos de remoción de escombros.
Más de 1,5 millones de hogares han solicitado hasta ahora ayudas económicas para reparar los daños -desde leves a grave- que se han registrado en las viviendas, reseñó la agencia Anatolia.
El pasado 6 de febrero dos sismos de 7,7 y 7,6 grados en la escala de richter, afectaron 11 provincias turcas, entre ellas las que resultaron más afectadas fueron Kahramanmaras, Adiyaman, Elazig, Hatay, Kilis y Sanliurfa.
Según la Agencia de la Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) más de 13,5 millones de personas quedaron damnificadas en Turquía como consecuencia de los dos sismos.
Con estas nuevas cifras, el balance que dejó el terremoto en Turquía y Siria, ronda los 54.500 muertos. Las autoridades turcas califican este siniestro, como el más mortífero en toda la historia del país.
El presidente Recep Tayyip Erdogan, resaltó el «esfuerzo sobrehumano» llevado a cabo por el personal sanitario y los servicios de emergencia del país, que ha logrado una labor de búsquedas sin precedentes.
El próximo 14 de mayo hay elecciones generales de Turquía, y las posibilidades de reelección de Erdogan parecen desmoronarse por la gestión de los daños que causó el sismo.
Sin embargo, después de una visita a las zonas afectadas, el Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU, Filippo Grandi, pidió más ayuda de forma urgente para la población afectada por los terremotos. «El nivel de destrucción y devastación es impactante y en muchas zonas es apocalíptico», agregó Grandi.