La mayoría de los ataques cardíacos o infartos de miocardio (IM) son ocasionados por la obstrucción de un vaso sanguíneo del corazón denominado arteria coronaria. Esta obstrucción impide que llegue la sangre que es rica en oxígeno y nutrientes a una sección del corazón. Si la sangre no llega al músculo cardíaco, esta morirá.
Sin embargo, si se recibe un tratamiento médico adecuado y a tiempo, puede reducirse el daño.
Según explica el portal de salud y medicina Medline Plus, los ataques cardíacos pueden ocurrir en cualquier momento, incluso cuando una persona está relajada o en una actividad deportiva: Según los datos de prevalencia de este tipo de padecimientos, una persona es más propensa a sufrir un ataque cardíaco si sufre de estrés.
¿Cómo detectar un infarto?
Entrevistado por la revista Semana, el médico especialista en cardiología Juan Veller, destacó que los dolores en el corazón comienzan levemente, a medida que pasa el tiempo va creciendo y comienza a arder. Si el dolor es tipo “punzadas” o dura algunos segundos puede estar relacionado con ansiedad, estrés o depresión.
El especialista afirma si, al tocarse el pecho hay movimientos involuntarios en la zona, es probable que se trate de un asunto muscular, sin embargo, recomienda la atención de un especialista.
Valler indicó que, en algunas ocasiones el dolor que indica un infarto no ocurre en el tórax, sino en el cuello, o en la parte de abajo de la mandíbula, o incluso en la parte interna de los brazos, principalmente en el izquierdo.
También recalcó que la falta de aire en algunos casos puede ser un síntoma de un infarto. Igual se pueden presentar casos aislados como palidez repentina o una sudoración excesiva e incómoda.
Por eso se recomienda tener una alimentación saludable, evitando consumir grasas saturadas, y priorizar el consumo de frutas y verduras.
La realización de actividades físicas de manera frecuente, ayudará a prevenir los ataques cardíacos. De 75 a 150 minutos por lo menos tres veces a la semana es lo que recomiendan los expertos del área.
Sobre todo, se recomienda dejar de fumar y evitar el estrés, pues las personas que llevan este modo de vida, tienen el doble de riesgo de sufrir un infarto
