Este sábado 1 de abril, el Papa Francisco fue dado de alta luego de pasar tres noches internado en el hospital Gemelli de Roma, luego de ser diagnosticado con bronquitis. Tras su salida del centro de salud, habló con unos periodistas que lo esperaban en la puerta quienes le preguntaron cómo se sentía a lo que el Sumo Pontífice contestó: “Aún estoy vivo” y con el mismo buen humor explicó que se dirigía al Vaticano para comenzar con las preparaciones de la Semana Santa.
Antes de tomar el vehículo que lo trasladó a la Casa Santa Marta del Vaticano, agregó a los presentes: “sentí sólo un malestar, pero no tuve miedo”. El Papa espera retomar completamente su agenda de trabajo esta misma tarde.
La Santa Sede emitió un comunicado en el que le agradecían a todos en el hospital por sus atenciones con el prelado, «al Rector de la Universidad Católica, Franco Anelli, junto a sus más cercanos colaboradores, el Director General del Policlínico, Marco Elefanti, el asistente eclesiástico general de la Universidad Católica, Monseñor Claudio Giuliodori, y el equipo de médicos y trabajadores de la salud que lo asistieron durante estos días».
Durante su estadía en el Gemelli, el Papa tuvo tiempo y fuerzas para firmarle el yeso a un niño que se había fracturado el brazo tras un encuentro de fútbol con sus amigos, una experiencia que hizo reflexionar a Francisco ya que afirmó que los mejores momentos que pasó ahí se generaron con la interacción que tuvo con la gente: «Se necesita heroicidad y tanta ternura. Los enfermos somos todos caprichosos, admiro tanto a la gente que trabaja en los hospitales, médicos, enfermeros, todos», afirmó el Santo Padre.
Al momento de dejar el hospital, Francisco notó a una pareja que se encontraba cerca llorando por lo que se les acercó y rezó con ellos al enterarse que su hija había fallecido en la noche en el mismo centro de salud en el que se encontraba internado él.
El Vaticano confirmó que el Papa presidirá la misa de Ramos en la Plaza de San Pedro lo que dará inicio a la Semana Santa.