El primer ministro británico, Boris Johnson, informó que la Cámara de los Comunes aprobó en primera discusión con 295 votos a favor y 221 en contra, un plan para ajustar y actualizar el actual Protocolo de Irlanda del Norte. Este plan establece las reglas comerciales para esa provincia de Reino Unido, tras su salida de la Unión Europea (UE) por el Brexit.
Por su parte, representantes de la UE aseguraron que esta medida tomada por Londres viola el derecho internacional y que responderán a esta iniciativa de Downing Street.
A pesar de los llamados de rechazo tanto desde la oposición como desde la propia bancada del Gobierno conservador; desde la oficina del primer ministro aseguran que estos cambios serán legales y correctos.
De aprobarse esta reforma impulsada por Johnson, se eliminarían los controles aduaneros de algunos bienes que ingresan a Irlanda del Norte desde el resto del Reino Unido, anulando así, los acuerdos del tratado comercial que Londres puntualizó con la UE en 2020.
Expertos del tema vaticinan que, si los cambios presentados por el primer ministro son ratificados por el Legislativo británico, podría desencadenar una guerra comercial entre las dos partes.
El protocolo de Irlanda del Norte es un sistema de normas que se aplica a la única provincia del Reino Unido que comparte frontera terrestre con un país miembro de la Unión Europea, Irlanda. Esta iniciativa fue planteada para evitar una frontera dura en la isla de Irlanda, logrando que la provincia británica permaneciera en el mercado único de la UE.
Básicamente, el comercio norirlandés puede acogerse a varias de las reglas de la UE y no a todas las leyes británicas.
Dentro de los cambios presentados al parlamento está la creación de un "canal verde" para los productos que se trasladan desde Reino Unido hacia Irlanda del Norte y que están destinados a permanecer en el territorio británico.
Esto les daría potestad a las autoridades británicas de reglamentar la ayuda estatal y los procedimientos aduaneros para el comercio de Irlanda del Norte a Reino Unido.
Londres sostiene que con esta medida protegerá el comercio entre los diferentes países del territorio británico dándoles un mayor control y soberanía en materia comercial.