Las cifras de la tragedia humana causada en Turquía y Siria luego del terremoto de magnitud 7.8 del pasado lunes, sigue creciendo.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, informó este miércoles desde una de las zonas de desastre que el número de fallecidos en ese país aumentó a 8.574, mientras que la cifra de heridos superó las 49.133 personas.
En Siria se reportan hasta este miércoles 2.662 fallecidos y unos 6.444 edificios destruidos.
Ante la tragedia han sido instaladas más de 50.000 tiendas de campaña en las zonas afectadas para alojar temporalmente a los ciudadanos, mientras 93.000 más esperan por ser desplegadas.
Acciones concretas
Al menos 5.309 rescatistas provenientes de otros países han llegado a Turquía desde este martes para ayudar a salvar a personas atrapadas entre los escombros y mitigar las consecuencias destructivas de los sismos.
Después del terremoto de magnitud 7.8 se han registrado otros 648 de menor magnitud.
Las autoridades de Turquía han creado además un puente aéreo para el traslado de personal y materiales desde Estambul, Ankara y Esmirna.
El presidente Erdogan anunció que este miércoles se desplazará a la zona para supervisar los trabajos de búsqueda y rescate..
El mandatario turco declaró el martes el estado de emergencia durante tres meses en las diez provincias afectadas por los terremotos. “Estamos haciendo frente a uno de los mayores desastres no sólo en la historia de la República, sino también de la región y del mundo”, manifestó.
El responsable de emergencias en la Organización Mundial de la Salud, Adelheid Marschang, calificó la situación como una “crisis sumada a múltiples crisis”, dijo que hasta 23 millones de personas podrían verse afectadas en la región.
Recordemos que Turquía acoge a millones de refugiados por la guerra. La zona afectada en Siria está dividida entre el territorio controlado por el gobierno de Damasco y el último enclave en manos de la oposición, donde millones de personas dependen de la ayuda humanitaria, refiere Los Ángeles Time.
En Siria, la llegada de ayuda se ha visto obstaculizada por la guerra y el aislamiento de la región controlada por los rebeldes a lo largo de la frontera.
La Organización de Naciones Unidas dijo que estaba “explorando todas las vías” para llevar suministros a la zona noroccidental en manos rebeldes.
