Este martes el sindicato británico de conductores de trenes (Aslef) anunció que irán a huelga los próximos días 1 y 3 de febrero, en una jornada que se espera la paralización de la mayoría de los servicios de trenes, en 14 operadores que manejan rutas interurbanas.
La primera jornada de huelga coincidirá con una protesta de 100.000 funcionarios que demandan mejoras por salario y empleo, a su vez otra manifestación de maestros que exigen mejores salarios, coparan todo el país en contra de la ley de huelga, promulgada por el nuevo primer ministro Rishi Sunak.
Sunak presentó un polémico proyecto de ley para limitar futuras huelgas, en el que el gobierno decidirá cuáles serán los servicios mínimos exigidos, que aún están por determinar. Quienes no acudan al trabajo durante las fechas de la protesta podrían ser despedidos.
“Vino con tantas condiciones adjuntas que era claramente inaceptable. Pero estamos dispuestos a entablar más conversaciones con las empresas operadoras de trenes” señaló Mick Whelan, secretario general de Aslef, sobre la propuesta gubernamental.
El líder del sindicato destacó que existen “cero posibilidades” de que sus miembros acepten un acuerdo que esté por debajo de la inflación, y desmejore los términos contractuales.
Además recalcó que los miembros de su sindicato no han tenido un aumento desde 2019, pese al pico inflacionario, y exhortó a las empresas a sentarse con los gremios de trabajadores y “se pongan serios”.
Estos paros han provocado una crisis en el Reino Unido que lleva meses, ya que estos sectores piden aumento de sueldo por el fuerte incremento de la inflación, que supera el 10%.
