Las estaciones de trenes en el Reino Unido y del metro de Londres permanecen cerradas por una huelga de los trabajadores que reclaman mejoras salariales, lo que ha impactado a millones de británicos que hacen uso del sistema de transporte.
Esta protesta sería la mayor de su estilo en 30 años, respaldadas por al menos 40.000 trabajadores del sector quienes mantienen alrededor de 20% de los servicios habituales en funcionamiento.
Las autoridades recomendaron a los ciudadanos trabajar desde su casa o buscar alternativas de transporte superficial.
Este paro ha sido convocado por el sindicato de los Trabajadores del Ferrocarril, Marítimos y del Transporte (RMT) que reclama una serie de mejoras salariales, seguro médico, reducción de personal y pensiones al personal de la tercera edad.
En ese sentido, el primer ministro, Boris Johnson, acusó a los que convocaron el paro de transporte de alterar el desenvolvimiento de la economía del país, así mismo, considera esta huelga como algo “innecesario y perjudicial”.
Aseguró que su gobierno seguirá con los planes de reforma del sistema ferroviario. "Al seguir adelante con estas huelgas ferroviarias, están ahuyentando a los viajeros que, en última instancia, apoyan los puestos de trabajo de los trabajadores ferroviarios, al tiempo que afectan a las empresas y comunidades de todo el país", destacó Johnson.
Voceros del RMT aseguran que estas reformas establecen la eliminación de miles de puestos de trabajos y que los salarios no están ajustados a la realidad. La última propuesta del gobierno era un aumento de 3% cuando la inflación actual marca el 9% y según economistas, para el mes de octubre la inflación rozará el 11%.
El secretario general del RMT, Mick Lynch, en declaraciones de Sky News, destaca que el gobierno lleva años sin aumentar el sueldo a los trabajadores del sector y que la nueva propuesta de reforma desmejorará las condiciones de trabajo, por eso afirma que "se necesita seguridad en el empleo, condiciones decentes y un trato justo en general. Si conseguimos eso, no tendremos que tener los problemas que tenemos ahora”, enfatizó.
Por su parte, el ministro de Transportes, Grant Shapps, insiste en que los recortes de puestos de trabajo “serán en su mayoría voluntarios. El titular del ente destaca que las reformas se aprobarán “pase lo que pase”.
Esta protesta del sector transporte puede causar un efecto dominó en Londres ya que trabajadores de otros ámbitos como médicos, profesores, e incluso abogados, estudian la posibilidad de sumarse a una huelga general.
Actualmente, la economía británica se recupera de los efectos de la pandemia de la Covid-19, pero la actual escasez de mano de obra, la interrupción de algunas materias primas por la salida del bloque de la Unión Europea ha causado indicios de una posible recesión.
Para contrarrestar este efecto, el gobierno aplicó diversos incentivos a millones de británicos, pero destaca que aprobar los aumentos salariales por encima de la inflación, impactará negativamente en la economía.
El primer ministro aseguró que "unos niveles de inflación más altos y sostenidos tendrían un impacto mucho mayor en las nóminas de la gente a largo plazo, destruyendo los ahorros y extendiendo las dificultades a las que nos enfrentaríamos durante más tiempo", puntualizó Johnson.