"Un tercio de Pakistán inundado. El verano más caluroso de Europa en 500 años. Las Filipinas golpeadas. Toda Cuba en apagón. Y… en Estados Unidos, el huracán Ian ha supuesto un recordatorio brutal de que ningún país ni ninguna economía es inmune a la crisis climática".
Con estas palabras, el Secretario General de las Naciones Unidas se dirigió a los periodistas en Nueva York para hablar sobre la importancia de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático a celebrarse en Sharm el-Sheikh, Egipto, desde este domingo 6 de noviembre.
La COP26, realizada en la ciudad escocesa de Glasgow en noviembre de 2021, reunió a 120 líderes mundiales y representantes de casi 200 países. Culminó con el Pacto Climático de Glasgow, que reafirmó el objetivo del Acuerdo de París de 2015 de "limitar el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C respecto a los niveles preindustriales y proseguir los esfuerzos para limitarlo a 1,5 °C".
Al término de esa cumbre, Alok Sharma, Presidente británico de la COP26, dijo: "Ahora podemos decir con credibilidad que hemos mantenido vivo el 1,5°C. Pero, su pulso es débil y solo sobrevivirá si cumplimos nuestras promesas y traducimos los compromisos en acciones rápidas."
Este es precisamente el punto de partida de lo que será la COP27, enfocarse en pasar de las negociaciones a la planificación para la implementación de todas las promesas que se hicieron en la COP26, que concluyó con pocos acuerdos importantes. Pero las emisiones continúan aumentando y tampoco hay garantías de que los compromisos adoptados se puedan alcanzar.
Las 4 premisas fundamentales de este encuentro son:
Conseguir financiación
Enrique Maurtua Konstantinidis, un consultor en políticas climáticas que sigue las negociaciones desde 2004, lo dijo en una oportunidad: “Toda la conversación sobre cambio climático es una conversación sobre financiamiento” porque los temas principales que se ponen sobre la mesa en esta conferencia están vinculados, directa o indirectamente, con el financiamiento.
La periodista Taís Gadea Lara lo explica en su artículo ‘¿Por qué el financiamiento es el corazón de esta conferencia climática?’ en el que hace recuerdo de los 100.000 millones de dólares anuales que los países desarrollados se comprometieron a dar para atender a las necesidades de los países en desarrollo. “Esto dijo la decisión final de la COP15 que se realizó en 2009, la conocida COP de Copenhague que tendría que habernos dado un acuerdo y terminó en fracaso”, señaló Gadea Lara.
“Esto tenía como argumento detrás el principio de responsabilidades comunes, pero diferenciadas. Ese según el cual todos los países son responsables de actuar ante el cambio climático, pero hay diferencias históricas respecto de cuánto han contribuido algunos países y son estos (los más emisores, los desarrollados) los que deben ayudar —por ejemplo con financiamiento— a los otros países (los menos emisores, los en desarrollo) para que puedan implementar sus políticas de acción climática, para que no se queden atrás”.
Plantear estrategias para la mitigación
Esto no es más que potenciar los esfuerzos para reducir o prevenir la emisión de gases de efecto invernadero en el mundo, porque finalmente el objetivo sigue siendo el mismo del Acuerdo de París en 2015: limitar el calentamiento global en un máximo de 2 °C y lo más cerca posible de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales.
Esto puede y debe implicar nuevas propuestas, el uso de nuevas tecnologías y fuentes de energía renovables, cambiar las prácticas de gestión o el comportamiento de los consumidores.
La idea es que se presenten objetivos más ambiciosos para 2030, ya que ONU Cambio Climático ha declarado que los planes actuales aún no son suficientes para evitar un calentamiento catastrófico.
Adaptación a las consecuencias
Los fenómenos meteorológicos ocasionados por el cambio climático ya son evidentes en todo el mundo. Inundaciones, deshielo de los glaciares, sequías, incendios forestales, olas de frío o calor, entre otras.
Por esto, además de reducir las emisiones, es fundamental desarrollar estrategias para adaptarse a las consecuencias.
La Secretaría sobre el Cambio Climático de la ONU asegura que para responder a los riesgos climáticos del presente y del futuro es necesario aumentar la financiación para la adaptación, de todas las fuentes.
Garantizar la colaboración
La participación que se alcance en esta cumbre será determinante para su éxito y esto es así debido a que las negociaciones de la ONU se basan en el consenso, por tanto alcanzar un acuerdo requerirá la participación inclusiva y activa de todas las partes interesadas, tanto públicas como privadas.