El primer ministro de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, declaró ante el parlamento nacional que la economía está completamente "colapsada", no solo por la aguda escasez de productos de primera necesidad sino además por la incapacidad de importar petróleo.
"Ahora nos enfrentamos a una situación mucho más grave más allá de la mera escasez de combustible, gas, electricidad y alimentos. Nuestra economía se ha derrumbado por completo", dijo Wickremesinghe.
Según relató, el país del Sur de Asia -de 22 millones de habitantes- vive la peor crisis de su historia tras su independencia del imperio británico en 1948.
No es un dato menor que el gobernante fue designado recién el pasado 12 de mayo para lidiar con la crisis que afronta el país. Situación que no ha podido ser revertida hasta ahora.
Recordemos que una de las principales fuentes de ingreso de Sri Lanka es el turismo, y con la llegada de la pandemia y sus restricciones de movilidad se ha visto completamente afectado este negocio.
También hay que notar que las erradas políticas gubernamentales denunciadas por analistas y habitantes de la Nación han contribuido al colapso de su economía.
De hecho, el país se vio en la obligación de suspender el pago de 12 mil millones de dólares de deuda externa en abril.
Ahora, Sri Lanka busca alrededor de 3 mil millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI) para encauzar sus finanzas públicas.
También informó el gobierno que convocará a China, India y Japón a una “conferencia de donantes” para obtener más ayuda exterior y presentar un presupuesto provisional en agosto.
Ante la situación nacional, desde hace varios días cientos de personas volvieron a salir a las calles de Colombo, la capital, para protestar contra la gestión del primer ministro -y también ministro de Finanzas, Ranil Wickremesinghe-.
