Tras cinco días de paro nacional y manifestaciones contra la política económica y social del gobierno, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, busca sostener un diálogo con los descontentos; pero la promotora de las protestas, la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), desconfía del llamado y rechaza la violencia ejercida contra ellos.
En horas de la noche de este jueves, el mandatario ecuatoriano hizo un llamado a través de los medios de comunicación, en el que expuso que “el diálogo es la mejor salida para juntos buscar soluciones a los problemas que afectan a los ecuatorianos”:
“Tenemos que sentarnos en una mesa, juntos buscar soluciones”, dijo y aceptó las ofertas de instituciones como la iglesia católica, ONU y universidades que están dispuestas a mediar entre los sectores movilizados y el ejecutivo central.
El anuncio presidencial no despertó confianza en la Conaie, cuyo presidente, Leonidas Iza, recientemente arrestado y luego liberado bajo condiciones especiales, expresó que el Gobierno de Lasso no ofrece garantías para entablar tratativas, porque en el último año no ha atendido las demandas de la población indígena, entre otros argumentos.
Por el contrario, Iza adelantó que la Conaie podría movilizarse hasta la capital, destacando que quienes se han expresado en esa ciudad “no son indígenas entrando a Quito, son hermanos indígenas, trabajadores, mestizos, blancos, que viven en Quito, que se han levantado por sí mismos por la indignación con el gobierno”, enfatizó
La Conaie, junto a otros que se han sumado a los reclamos, están unidos en solicitar la congelación de los precios de los combustibles, control de precios en los mercados, evitar las privatizaciones de empresas del Estado y aprobar mayores presupuestos para la educación y la salud, entre otros temas.