El 13 de marzo de 1964 Kitty Genovese de 28 años fue violada y asesinada a puñaladas frente a su edificio, en medio a la mirada inerte de los testigos que ni se inmutaron para buscar ayuda.
Este caso es utilizado como un ejemplo sobre la conducta egoísta y desinteresada de las grandes ciudades.
El crimen de la neoyorkina de 28 años es utilizado para señalar las características negativas de la sociedad. Este crimen fue signo de la violencia urbana, la desidia y la falta de compromiso del hombre por el destino de sus iguales.
A pesar que el crimen fue hace 60 años, todavía es un tema de discusión y debate sobre las circunstancias del asesinato de Kitty.
La noticia del atroz crimen ocupó las principales páginas de los diarios de la ciudad. El New York Times le dedicó un cuarto de columna en la sección metropolitana. «37 personas presenciaron un crimen pero nadie llamó a la policía» fue el impactante título del artículo, que causó una conmoción en la sociedad.
Una semana después del crimen fue capturado el responsable mientras perpetraba un robo, pero las coincidencias de las caracteristicas del vehículo en el crimen de Kitty y la presión policial hicieron que confesara el asesinato y otros mas.
Cuando le preguntaron por qué lo hacía respondió que su esposa trabajaba como enfermera en la noche en el hospital de Manhattan y cuando quedaba solo, salía con el auto a recorrer las calles y a buscar mujeres para matar.
Moseley fue condenado a muerte pero su pena se convirtió en prisión perpetua. Murió en la cárcel a los 81 años.
A partir de este momento, El Caso Genovese se convirtió casi de inmediato en sinónimo de la falta de corazón, del desinterés y egoísmo, del habitante de las grandes urbes y de lo peor de la vida moderna.
Posteriormente vinieron los estudiosos a teorizar sobre lo que fue conocido como el Efecto Genovese, que describieron como el fenómeno sociológico por el cual es menos probable que alguien intervenga en un caso de emergencia o de extrema necesidad cuando hay otras personas que lo pueden hacer que cuando está solo.
Según los investigadores, las personas esperan que intervengan los otros, ya que suponen que están más preparados para ello. Además temen entrometerse en algo que no es de la gravedad que aparenta.
Otra hipótesis señaló que la gente no reaccionó porque pensaban que se trataba de una reyerta conyugal, y en esos años se consideraba que no se debía intervenir en esos asuntos ya que la violencia doméstica estaba normalizada.
Otro atenuante del asunto es que Genovese era lesbiana y vivía con su pareja, y los vecinos creyeron que era normal que una lesbiana tuviera un problema de violencia en la calle.
Este caso no solo ayudó a categorizar una conducta de la sociedad sino que premitió la creación del 911, la línea para denunciar emergencias policiales.
Sin embargo, con el pasar de los años las investigaciones revelaron otra cara del crimen, ya que se pudo conocer que no fueron tres sino dos los ataques de Moseley, que el número de testigos no se pudo precisar exactamente en 37, y que al menos dos de los testigos llamaron a la policia.
Con esas revelaciones, los estudios y experimentos sociológicos recientes concluyeron algo totalmente distinto a lo propuesto por el Efecto Genovese, y tras analizar cientos de videos de ataques y accidentes en tres grandes ciudades, en tres continentes diferentes, comprobaron que la gente es más solidaria de lo que se creía.