La tranquilidad de los Andes venezolanos se vio interrumpida en 1995, cuando denuncias daban cuenta de la repentina desaparición de varias personas en muy extrañas circunstancias. Luego el culpable sería apodado «el comegente».
En 1995, la prensa centró su atención en Dorángel Vargas, acusado de haber asesinado y engullido a varias personas en el estado Táchira. Su caso se volvió emblemático de los crímenes más atroces en la región, y un personaje que se volvió parte de la conciencia colectiva.
El testimonio de Antonio López Guerrero
El acto fue denunciado por un tercer mendigo, Antonio López Guerrero, quien presenció uno de los horribles crímenes. López Guerrero describió cómo Dorángel asesinaba a sus víctimas con un arpón artesanal, antes de consumir sus cuerpos.
Corta reclusión
Dorángel fue ingresado por 2 años en el Instituto de Rehabilitación Psiquiátrica de Peribeca, pero tras su liberación, cometió nuevos crímenes. A pesar de la atención psiquiátrica, no se le dio el seguimiento adecuado para prevenir recaídas.
«Pasado el tiempo de reclusión, Dorángel fue directo en busca de quién lo había entregado a las autoridades y, al igual que a sus víctimas, comió toda su carne, incluso su corazón “todavía caliente”, como confesó en una ocasión» citó el medio BioBio.
El relato continúa: «El comegente aprovechaba los músculos, piel, carne y vísceras, y reconoció que hacía sopa con los ojos de sus víctimas, todos hombres».
Comegente: reflejo de una sociedad fracasada
La historia de «El comegente» refleja el fracaso de la sociedad en atender enfermedades mentales a tiempo. Desde su infancia, Dorángel mostró signos de problemas mentales, pero nunca recibió el apoyo necesario para tratar su condición.
Dorángel, hijo de una familia campesina, mostró problemas de adaptación desde joven. Sus acciones inquietantes fueron ignoradas tanto por su familia como por las autoridades locales.
Las víctimas
Las víctimas de Dorángel eran desmembradas y consumidas en distintas preparaciones culinarias. Prefería la carne de hombres de entre 30 y 40 años, de contextura delgada y piel joven. Nunca atacó a mujeres ni niños, según sus propias palabras, porque estos «no hacían daño a nadie» decía.
Aunque fue diagnosticado con esquizofrenia paranoide, Dorángel continuó con su comportamiento violento incluso en prisión. Durante un motín en el Cuartel de Prisiones de PoliTáchira, asesinó a dos reclusos y sirvió sus cuerpos desmembrados a los demás presos.
El Comegente en los medios
El caso del Comegente ha sido objeto de numerosas publicaciones y ha generado gran interés mediático. Libros, documentales y películas han explorado los aspectos más oscuros de su historia, convirtiéndolo en un símbolo de horror.
