Un estudio denominado «La paradoja hispana», realizado por lingüistas, revela que el español es el idioma más feliz del mundo. Investigadores analizaron a más de 16.000 adultos en comunidades urbanas de Estados Unidos hace tres décadas, centrándose en el impacto emocional de las palabras utilizadas en libros, canciones y textos.
Los resultados fueron sorprendentes: el español encabezó el ranking, demostrando que las emociones asociadas a las palabras influyen directamente en la presión arterial, la frecuencia cardíaca y el estrés.
Esta peculiaridad lingüística, como el uso del sufijo «-ita» en palabras como «copita», ha despertado admiración entre los expertos, quienes sugieren que la forma de hablar y comunicarse puede tener un profundo efecto en el bienestar emocional y la salud física de las poblaciones hispanohablantes.
Este hallazgo resalta la importancia del idioma español no solo como una herramienta de comunicación, sino también como un elemento crucial en la promoción de la felicidad y el bienestar entre los hablantes.
Las palabras positivas y la capacidad del español para expresar el momento presente, como lo refleja el verbo «estar», no solo enriquecen el lenguaje, sino que también pueden tener beneficios significativos para la salud mental y emocional de las personas.
El cuarto más hablado en el mundo
Según los datos más recientes del Instituto Cervantes, el español se posiciona como una de las lenguas más habladas en el mundo, con aproximadamente 585 millones de hablantes. Estas cifras prometen alcanzar su punto máximo en 2068, proyectando un total de 724 millones de hispanohablantes a nivel global.
Esta lengua, ubicada en la cuarta posición de los idiomas más hablados, ha ganado un lugar destacado en la escena mundial, solo detrás del inglés, el chino mandarín y el hindi. Pero más allá de su omnipresencia, el español revela un peculiar encanto: su capacidad para transmitir felicidad.