El carbón es la fuente principal de energía de Polonia (77% del total de la UE), y su dependencia del mineral importado de Rusia ha hecho que comience a escasear, debido a la prohibición de traerlo por la invasión a Ucrania.
Piotr Siergiej, un vocero de la organización ecologista Polski Alarm Smogowy (Alerta Polaca de Smog), señala que 60% de los hogares no disponen de suficiente carbón para pasar el invierno.
Cabe destacar que para tres millones de hogares sigue siendo la única fuente de calor, según el Ministerio de Clima y Medio Ambiente del país.
Además, el carbón cuesta entre 300 y 600 dólares la tonelada, y para calentar una casa familiar en invierno, se necesitan entre tres y cuatro toneladas.
Algunas colas para adquirirlo directamente en las minas duran horas, pues son miles de personas en fila.
Por tal razón, el partido gobernante, Ley y Justicia, aprobó el mes pasado, en la asamblea regional de Malopolska, retrasar hasta principio de 2024 la entrada en vigor de la ley que prohíbe las calderas domésticas, de manera que ahora en esta región, cuya capital es Cracovia, está permitido calentar los hogares con cualquier tipo de combustible, inclusive basura.
La quema de combustibles no convencionales ha provocado casos como el de Nowy Sacz, 100 kilómetros al suroeste de Cracovia, que en 2021 fue reconocida como la ciudad con el aire más contaminado del viejo continente, entre las 334 monitorizadas por la Agencia Medioambiental Europea.
En Polonia se encuentran 40 de las 100 ciudades más contaminadas de la UE. Además, ocupa el segundo lugar -por detrás de Bulgaria- en casos de mortalidad prematura, vinculada con la contaminación del aire.
La organización "Alerta Polaca de Polución" estima que hasta 45 mil personas mueren cada año debido al aire contaminado..