Después de fuertes rumores en el mercado de las criptodivisas, este viernes, el tercer “exchange” más grande del mundo, FTX, se declaró en bancarrota ante las autoridades de Estados Unidos.
La empresa venía experimentando una crisis de liquidez que provocó una retirada masiva de fondos por parte de sus clientes, y aunque buscaba una alianza estratégica con la plataforma Binance – cosa que no sucedió-, el exchange no pudo evitar la declaración de insolvencia.
Con este anuncio, el Bitcoin y el resto de criptomonedas reciben una estocada nunca antes vista al alcanzar mínimos históricos, sólo falta esperar para ver cómo reaccionan otras empresas como Binance y Coinbase para que no se genere un efecto dominó en el sector.
Apenas el consejero delegado y fundador de FTX, Sam Bankman-Fried, dimitió de su cargo y se hizo pública la bancarrota de la plataforma el Bitcoin cayó 1.000 dólares hasta rondar los 15.000 dólares.
Para calmar un poco el mercado de las criptomonedas, el nuevo CEO de FTX, John Ray III, afirmó en un comunicado que la empresa “tiene activos muy valiosos que sólo se pueden administrar de manera efectiva en un proceso organizado y conjunto".
Esta decisión implica que FTX, Alameda Research y unas 130 filiales del grupo se acogerán al capítulo 11 en Estados Unidos para tratar de rendir al máximo los activos de que dispone.
A esto hay que sumarle que la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) tiene una investigación abierta ante las sospechas de que FTX pudo utilizar dinero de sus clientes en operaciones irregulares de alto riesgo.
Analistas del tema aseguran que este anuncio deja sin fondos a más de un millón de usuarios que tenían depositados sus activos en FTX, con un déficit superior a los 8.000 millones de dólares, por lo que se prevén graves consecuencias negativas en el mercado de las monedas digitales.
En menos de una semana, Bankman-Fried , el empresario de 30 años que fue catalogado en su momento como el nuevo líder financiero del mundo, con un patrimonio de 16.000 millones de dólares, se evaporó a cero, en una espiral que sacudió los cimientos de la criptoindustria.