El Gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron, aprobó este lunes su polémica reforma de pensiones, la cual aumenta la edad de jubilación para los trabajadores del país y por la que manifestaron miles de personas el pasado jueves.
Sin embargo, y pese al rechazo mayoritario de la opinión pública, el gobierno francés no cedió en las demandas de los sindicatos y prevé retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años, por lo que millones de trabajadores pretenden ampliar aún más las movilizaciones que ya paralizaron al país la pasada semana.
La nueva medida fue defendida en una rueda de prensa por el ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, quien reconoció un "desacuerdo" en algunos puntos con los sindicatos. "Nuestro objetivo es volver al equilibrio desde 2030", señaló.
‘’El Gobierno francés está dispuesto a aceptar algunos reajustes en su proyecto de reforma de las pensiones, pero no cederá en retrasar la edad mínima de jubilación. Renunciar a ese punto significa renunciar al equilibrio", dijo Dussopt.
Tras una primera jornada de acción multitudinaria que reunió este jueves a más de un millón de personas, continuó con una manifestación juvenil el pasado sábado. Además, para el próximo 31 de enero, se convocó a una jornada de huelgas.
El pleno de la Asamblea Nacional (cámara baja) comenzará a debatir el proyecto de ley a partir del próximo 6 de febrero, tiempo antes de su llegada al Senado (cámara alta), sin embargo, algunos de los partidos ya anunciaron que votarán en contra.