La Arquidiócesis de Santa Fe, en el estado Nuevo México, al sur de los Estados Unidos, deberá pagar 121,5 millones de dólares a más de 370 personas quienes fueron víctimas de abusos sexuales cometidos por miembros de esa iglesia católica.
La compensación pretende minimizar los daños que sufrieron quienes, por décadas, fueron sometidos a este tipo de delitos, así que esa institución religiosa concretó un acuerdo de bancarrota con sus acusadores, mediante el cual se ha visto obligada a vender propiedades eclesiásticas para pagar esta especie de “multa” convenida.
No se menciona prisión o embargo contra los perpetradores de abusos sexuales, tampoco si la iglesia los expulsó de sus filas. “Esperamos que este acuerdo sea el próximo paso en el proceso de curación de aquellos que han sido dañados”, declaró esta semana el arzobispo John Wester de Santa Fe.
Porque “la Iglesia toma muy en serio su responsabilidad de ver que los sobrevivientes de abuso sexual sean justamente compensados por el sufrimiento que han soportado”, agregó el clérigo. “Nunca dejamos de mantener a aquellos que han sido dañados por abuso sexual como nuestra primera prioridad”, dijo Wester.
