Las Fuerzas Armadas chinas iniciaron una serie de ejercicios militares en el Mar de China Meridional, en coincidencia con las visitas del presidente estadounidense Joe Biden a Corea del Sur y Japón.
En un comunicado, la Administración de Seguridad Marítima de China en la provincia insular sureña de Hainan, informó que los simulacros continuarán hasta el lunes. Además, resalta que todos los buques y aviones no militares tienen prohibida la entrada en la zona de maniobras.
China ha realizado desde el inicio de mayo, varios ejercicios de entrenamiento de combate realista y de rutina en aguas del mar de Japón, encabezados por el portaaviones Liaoning y varios buques de guerra.
Dada la visita del presidente de EE. UU a la zona, el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, sostuvo un encuentro con su homólogo japonés, Yoshimasa Hayashi. El canciller chino denominó esta visita como movimientos negativos de Washington y Tokio contra Pekín.
"Lo que despierta la atención y la vigilancia es el hecho de que, incluso antes de que el líder estadounidense se haya puesto en marcha para la reunión, la llamada retórica conjunta Japón-EE.UU. contra China ya está levantando polvo", afirmó Wang.
El mandatario estadounidense comenzó una gira de cinco días en Corea del Sur y Japón diseñada, según reseñan los medios, para reforzar el compromiso diplomático y económico de su administración en medio de la creciente influencia de China.
En un discurso en Seúl, capital de Corea del Sur, Biden aseguró que una de sus prioridades es que el Congreso apruebe un proyecto enfocado a la competitividad de su nación contra China.
"Necesitamos asegurar la cadena de suministro, para que nuestra economía y seguridad nacional no dependan de países que no comparten nuestros valores", dijo Biden.
Actualmente todo el Mar de China Meridional y la vía fluvial crucial se ha convertido en un posible foco de conflicto en Asia por la reclamación de varios países por su posición estratégica y recursos minerales.
Aunque el gobierno de Joe Biden aún no toma una postura clara sobre la soberanía en el Mar de China Meridional, argumenta que, a través de lo que se denomina libertad de navegación, tiene el derecho a operar libremente en el mar y que sus buques de guerra puedan navegan con frecuencia cerca de islas militarizadas controladas por China.
Esta medida es rechazada por el gigante asiático, que la califica como provocaciones que socavan las bases de la paz y estabilidad en la región. Como medida de protección, Pekín ha construido pistas de aterrizaje y otras infraestructuras militares en la zona.
Brunei, Malasia, Filipinas y Taiwán también ejercen reclamos superpuestos en el Mar de China Meridional.