Una investigación legislativa liderada por el republicano, James Comer, acusa a la familia del presidente estadounidense Joe Biden de "comerciar con sus contactos y sus influencias” a raíz de que algunas pinturas expuestas por la galería Georges Bergés, y atribuidas al hijo del presidente, Hunter, costaron hasta 225.000 dólares.
"¿Quién pagaría esas sumas de dinero por obras de Hunter Biden que, a priori, no valen nada? Ciertamente no es un Picasso", increpó el legislador en su cuenta de Twitter.
El jefe del comité de la Cámara de Representantes (baja) escribió una carta a los propietarios de la galería de Nueva York exigiendo una lista de los compradores de sus piezas. También invita al propietario de la galería, Georges Bergés, a declarar ante el Congreso en febrero próximo.
Los republicanos apuntan en particular al riesgo de que industriales o financieros compren sus obras con el único fin de ganarse el favor de la Casa Blanca.
No es un dato menor que el hijo menor del presidente está siendo investigado desde hace tres años por el Departamento de Justicia y el FBI por sus millonarios y cuestionables ingresos e intereses económicos en Ucrania, Rusia y China cuando su padre era vicepresidente durante el gobierno de Barack Obama (2009-2017).
Las relaciones incluyeron también a personalidades del mundo empresarial con notable influencia en la política de Rusia y China, con repercusión en Estados Unidos, según evidencias hechas públicas por The New York Post y otros medios de prensa.
Se suma a esto el hecho que el presidente Joe Biden enfrenta un posible encausamiento judicial por tenencia de documentos clasificados en lugares no aptos.