Mizan Online -la agencia del poder judicial de Irán- confirmó una nueva condena a muerte por las protestas nacionales en contra del asesinato de Mahsa Amini: Mohammad Ghobadlou es el tercer enviado a la horca y puede ser ejecutado en cualquier momento.
La condena internacional por las dos ejecuciones anteriores no se hizo esperar. La última se produjo en circunstancias “particularmente crueles”, denunció el secretario general de la ONU Antonio Guterres.
Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Ned Price, explicó que “estas sentencias duras y, ahora la primera ejecución pública están destinadas a intimidar al pueblo de Irán, a suprimir la disidencia y sencillamente demuestran lo mucho que los dirigentes iraníes tienen miedo de su propio pueblo”.
Sin embargo, la justicia iraní anunció haber condenado a 11 personas a la pena de muerte por su papel en las manifestaciones aunque algunos activistas creen que la cifra es dos veces mayor.
El primer ahorcado fue Mohammad Boroghani, cuyo proceso fue confirmado el 6 de diciembre por el Tribunal Supremo.
Boroghani fue procesado por ser “moharebeh” (“enemigo de Dios” en persa), un cargo punible con la muerte y su juicio comenzó el 29 de octubre.
El segundo ejecutado en la horca fue Majid Reza Rahnavard, sentenciado a muerte el 29 de noviembre por asesinar con arma blanca a dos agentes de seguridad y herir a otros cuatro. Fue ejecutado en público en Mashhad, a mediados de diciembre.
Futbolistas locales en la mira
Las autoridades iraníes detuvieron este fin de semana a varios jugadores de fútbol que participaban en una fiesta mixta en el este de Teherán.
“Futbolistas, así como ex jugadores de uno de los principales clubes de fútbol de la capital, fueron detenidos en la ciudad de Damavand”, indicó la agencia Tasnim sin ofrecer más detalles sobre la identidad de los jugadores o su club.
“Algunos de estos jugadores no estaban en un estado normal tras haber consumido alcohol”, añadió la misma fuente, cercana al régimen. En Irán, el consumo y la venta de alcohol están prohibidos en el país.
Desde el inicio del movimiento de protesta, varios futbolistas iraníes han sido detenidos por las autoridades por haber apoyado las manifestaciones.
