Según la Oficina Nacional de Estadística (ONS) la crisis económica ha llevado a los británicos a consumir productos caducados, ingerir menos medicamentos y a faltar a las citas médicas o evitarlas.
“Más de una quinta parte de los británicos consume productos caducados debido a la creciente inflación de los alimentos. Además, una cuarta parte de los jóvenes que toman medicamentos de prescripción médica de pago utilizan menos medicamentos para ahorrar dinero”, informó el ente oficial.
La ONS también descubrió que 16% de los adultos sufren inseguridad alimentaria, lo que significa que no pueden comprar alimentos suficientes para llevar una vida sana.
Además, Bloomberg enfatizó que las personas con síntomas depresivos, económicamente inactivas o desempleadas, o que viven en las zonas más desfavorecidas de Inglaterra son las que tienen más probabilidades de padecer esta condición.
Estas cifras ponen de manifiesto los retos a los que se enfrentan muchos hogares británicos que intentan seguir el ritmo de los aumentos de precios.
Hay que recordar que los británicos sufrieron por noveno mes consecutivo una inflación de dos dígitos en los precios de la alimentación. De hecho, se alcanzó la cifra récord de 17,5%.
Ya el año pasado se informó que, por los altos precios, la mitad de los hogares británicos se salteaba comidas, según una encuesta realizada por la encuestadora Which.
Hay que recordar que en febrero la inflación repuntó por primera vez en cuatro meses y se mantuvo por encima del nivel previsto por el Banco de Inglaterra.
De hecho, la presión sobre el nivel de vida también repercutió en los servicios sanitarios: una quinta parte de los adultos declararon que necesitaban ver a su médico pero decidieron no hacerlo, siendo los largos tiempos de espera la razón más citada.
La presión sobre los servicios sanitarios ha alcanzado niveles récord en Reino Unido.