La sal de mesa es el aliado ideal para la cocina, pues potencia el sabor de los alimentos y de la sazón de quien cocina; usualmente es una herramienta para ofrecer un toque especial en el paladar; sin embargo, su uso excesivo es un enemigo potencial para la salud, en especial para la salud vascular.
Conocida como sal común, o cloruro sódico (NaCl), su consumo desproporcionado puede aumentar de manera importante la tensión arterial, y una tensión arterial muy alta puede contribuir a provocar infartos al corazón o daños cerebrales, además de insuficiencia cardiaca permanentes.
De manera que si se consume en exceso la tensión arterial sube, los vasos sanguíneos están más comprimidos y el corazón realiza un esfuerzo adicional para bombear la sangre, es decir, produce hipertensión.
Su uso permanente, más allá del recomendado para darle sazón a la comida, puede conducir a padecer retención de líquidos en el cuerpo, obesidad, diabetes, irregularidad en el sistema nervioso, problemas de riñones, cardíacos, artritis, descontrol del sistema nervioso, depresión y ansiedad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el consumo de sal debe ser controlado. Para los adultos, se recomienda consumir menos de 5 gramos (un poco menos que una cucharada de té) de sal por día.
Mientras que para los niños se recomienda ajustar a la baja; de 2 a 15 años, la ingesta máxima recomendada para los adultos, es decir menos de 3 gramos en función de las necesidades energéticas en relación con las de los adultos.
Además, recomienda sustituirla condimentando con hierbas aromáticas y especias. Y, muy importante, no llevar el salero a la mesa. Hay estudios que afirman que al añadir sal directamente en el plato ya servido, se usa más cantidad que cuando se añade al cocinar.
La mayor parte de la población mundial consume sal en exceso. Esto se debe, entre otros motivos, a que los alimentos procesados, cada vez más corrientes y asequibles, contienen mucha sal, además de otros componentes poco interesantes como grasas saturadas, ácidos grasos trans y azúcar.
A esto se suma que también ha caído el consumo de frutas y verduras, que contienen potasio y que contribuye a hacer bajar la tensión arterial, refiere un informe de la OMS.
Asimismo, la Organización asegura que se puede reducir en consumo de sal en el hogar de la siguiente manera:
- no agregando sal durante la preparación de los alimentos
- no poniendo saleros en la mesa
- limitando el consumo de tentempiés salados
- escogiendo productos hiposódicos
De igual manera te ofrecemos consejos prácticos a la hora de consumir sal en tus comidas:
- Come una mayor cantidad de alimentos frescos, ya que contienen menos sodio.
- Reduce el uso de la sal al cocinar. Preferentemente, prepara las recetas sin salar durante la cocción y deja que cada persona agregue la cantidad que desee en los platos individuales.
- Utiliza especias y hierbas aromáticas para reducir la adición de sal a los platos.
- Cocina al vapor. Al no haber un medio con el que el alimento entre en contacto directo, se conserva mejor su contenido natural de sodio.
- En caso de condimentar con sal, opta por una de bajo contenido en sodio, que aporta la mitad que la común, un ejemplo de ellos es la sal marina.
