El primer desafío para el nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, y su Vicepresidenta, Francia Márquez, es convocar a la gente que no votó por ellos; porque lograron 11.281.013 votos (50,44%) contra 10.580.412 (47,31%) de Rodolfo Hernández, 700.601 votos (3,13%) de diferencia.
El mandatario recién electo está consciente de esta necesidad, incluso el tema fue parte de su primer discurso ante sus electores, “No vamos a utilizar el poder en función de destruir al oponente. Significa que nos perdonamos. Significa que la oposición que tendremos, bajo los liderazgos que quieran, sea el de Uribe, sea el de Federico, sea el de Rodolfo, sea el de todos juntos, sea el que quieran, será siempre bienvenida en el Palacio de Nariño para dialogar sobre los problemas de Colombia”, enfatizó.
Así que captar la aceptación de más de la mitad de la población es un gran reto para un gobierno que se autodenomina como progresista, tras décadas de poder político en manos del mismo sector político.
Pero, a partir del 7 de agosto de este año cuando asuma oficialmente el Gobierno ¿cuáles son las metas inmediatas planteadas por Petro en su primer discurso ante su nación y el mundo?. Él mismo marcó la ruta durante la campaña electoral y su primer discurso:
- Gobierno de diálogo y construcción de un país con justicia social, basado en la diversidad y pluralidad. “No es un cambio para vengarnos ni construir más odio”, enfatizó.
- Búsqueda de la paz, porque “no tendría razón el cambio…un gobierno de la vida, si no llevamos la sociedad colombiana a la paz”, precisó; en ese contexto, le pidió al Fiscal General la excarcelación de los jóvenes manifestantes detenidos.
- Economía productiva que genere empleo y potencie el desarrollo del país; “vamos a desarrollar el capitalismo en Colombia , no porque lo adoremos, sino porque debemos acabar el feudalismo”. Para “redistribuir, tenemos que producir en el campo y la industria sobre la base del conocimiento…respaldando la naturaleza, que significa la justicia ambiental”, resaltó.
- Insistió en que posicionará a Colombia como bandera en la lucha contra el cambio climático, indicando que “la ciencia nos ha dicho que podemos perecer en corto plazo, que el proceso de consumo desaforado está punto de acabar con las bases mismas de la naturaleza. Si la ciencia nos dice esto toca actuar ya”.
- Transición del petróleo a energías renovables, dejando atrás la economía extractivista y potenciar la producción como una política para enfrentar el cambio climático.
- Nueva reforma agraria. Disminuir la desigualdad en la propiedad rural, desincentivando lo que llama “latifundio productivo”, subiendo los impuestos a la propiedad rural que no esté usándose adecuadamente, pero sin expropiar la propiedad privada. Aunque más de la mitad de las tierras de Colombia (52%) está en manos del 1,5% de la población, según el Centro de Memoria Histórica.
- Un nuevo sistema de pensiones, aumentando la participación estatal en el sistema pensional del país, estableciendo un sistema único, público y universal que no dependa de la capacidad de pago de los pacientes.
- Restablecimiento de las relaciones diplomáticas y políticas con Venezuela.
Aunque el eje del discurso de Gustavo Petro es la creación de un gobierno de la vida y en favor de la paz, hay otros desafíos que están muy pendientes, como es la industria del narcotráfico en Colombia, el mayor productor y exportador de cocaína en el mundo.
Junto a eso, la alta presencia y dependencia que Colombia tiene con Estados Unidos, que mantiene un gran contingente militar en territorio colombiano, al que EE.UU. y la OTAN califican como aliado estratégico.
Y como componente paralelo a esta realidad, está la intensa actividad de grupos armados irregulares, subversivos y paramilitares, que se entrelazan con el narcotráfico, los poderes fácticos, las fuerzas armadas regulares nacionales e internacionales y la delincuencia organizada.
Así que el camino para Gustavo Petro y Francia Márquez no se vislumbra fácil, y no se cambia de un día para otro.
