James Paul McCartney, una de las personalidades más reconocidas de toda la historia y que lleva el legado de la banda más popular e influyente de todos los tiempos de la música pop, “The Beatles”, soplará este sábado 80 velas en celebración a su cumpleaños, dos días después de cerrar su gira "Got Back" por Estados Unidos.
McCartney nació el 18 de junio de 1942 en Liverpool, en el entorno de una familia trabajadora en la que la música estuvo presente desde pequeño. Su padre, James, tocaba el piano en sus tiempos libres con una banda local, incentivando a su hijo a aprender diversos instrumentos musicales.
El ex beatle se convirtió en un icono británico gracias al gran éxito de los Beatles, la banda formada en 1960 junto a los emblemáticos John Lennon, George Harrison y Ringo Starr, los cuales tocaban con frecuencia en el club ‘’The Cavern’’ de la ciudad. El grupo se presentó en Hamburgo, Alemania, donde avanzó con rapidez y saltó a la fama al hacer sus primeras grabaciones y llamar la atención del columnista musical Brian Epstein, que se ofreció a representarles y conseguirles un contrato con una discográfica.
Entre otras cosas, el cantante compuso una pieza para la Real Sociedad Filarmónica de Liverpool y también apoyó causas benéficas como la lucha por los derechos de los animales, la dieta vegetariana, la pobreza y la educación musical de los niños.
Además de componer algunas de las canciones más famosas de los Beatles como ‘’Yesterday’’, ‘’Hey Jude’’ o ‘’Let It Be’’, ha compuesto música clásica, electrónica y ha encabezado la banda sonora para la película de James Bond, "Live and Let Die".
Su agenda no se detiene, ya que el pasado jueves finalizó su gira ‘’Got Back Tour’’ en la que llenó estadios en Estados Unidos durante casi dos meses, y en menos de una semana se presentará en el festival Glastonbury, donde encabezará el cartel de cantantes más viejos de la historia en presentarse en el legendario evento de música británico, que cada año atrae a decenas de miles de personas al suroeste de Inglaterra.
El paso de los años no eclipsa a McCartney, ya que su agenda se encuentra más repleta que nunca y se niega a dejar la música a su edad.