Desde el 10 de junio la organización de defensa de los migrantes en Francia, Utopía 56, se ha hecho cargo de jóvenes sin documentos y este fin de semana montaron un campamento en las afueras del Consejo de Estado con el propósito de mostrar la situación de los migrantes de países africanos en la nación europea.
Alice Bertrand, miembro de la organización, denuncia que con la llegada del frío, la falta de alimentos, muchos jóvenes ya no comen, ya no hablan y comienzan a tener pensamientos oscuros. Por eso, dijo “decidimos instalarnos aquí para pedir alojamiento inmediato”.
Desde hace seis meses, cientos de adolescentes extranjeros sobreviven bajo los puentes de Ivry-sur-Seine, en las afueras de París.
La mayoría de los jóvenes esperan una decisión judicial y ser reconocidos como menores no acompañados. Sin embargo, el campamento ha seguido ampliándose ante la negativa de los Departamentos en cuanto a su minoría de edad.
Todos ellos, no obstante, han iniciado un procedimiento de recurso ante el juez de menores. Las asociaciones transmitieron el 15 de noviembre a la prefectura de Ile-de-France una lista de cerca de 500 jóvenes en situación de desamparo.
Las asociaciones Médecins Sans Frontières, Médecins du Monde y la Cruz Roja han alertado repetidamente a la Agencia Regional de Salud sobre el sufrimiento psicológico y físico de los jóvenes e informaron una situación alarmante.
Las patologías identificadas son consecuencia directa de la vida en la calle, la precariedad y las malas condiciones higiénicas y según expertos, es imposible tratar a estos jóvenes sin intervenir en su entorno.
Las temperaturas cercanas a los 0°C en los últimos días han agravado la situación. Algunos jóvenes no tienen ni zapatos cerrados ni abrigos.
No es un dato menor que abrió una investigación por parte de la Comisión de los Derechos del Niño de la ONU sobre el trato de Francia a los menores no acompañados.
Las asociaciones y los jóvenes denuncian que ya no tienen otro medio que manifestar pacíficamente este malestar para acceder a soluciones de alojamiento y apoyo adecuados.
Al mismo tiempo y con el objetivo de poner fin definitivamente a estas situaciones, asociaciones y diputados vuelven a pedir el reconocimiento de la presunción de minoría de edad tal y como se recoge en la Convención Internacional de los Derechos del Niño.
