El continente africano alberga seis de los diez países con la tasa de suicidio más elevada del mundo, así lo informó Matshidiso Moeti, directora regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en África.
Según las cifras emanadas por el organismo, alrededor de once personas de cada 100.000 habitantes, mueren al año por suicidios en África; una cifra elevada, considerando que el promedio mundial es de nueve por cada 100.000 habitantes.
Las razones son múltiples, desde las condiciones socio-económicas, hasta el deterioro de la salud mental, sin embargo, la ineficiencia para abordar los factores de riesgo, es una de las causas del trágico desenlace.
"El suicidio es un importante problema de salud pública y cada muerte por suicidio es una tragedia. Desafortunadamente, la prevención del suicidio rara vez es una prioridad en los programas nacionales de salud", afirmó Matshidiso Moeti.
Las formas más comunes de suicidio en la región son el ahorcamiento, la intoxicación con pesticidas, el ahogamiento, el uso de armas de fuego, el salto desde una altura o sobredosis por medicamentos.
Esto pone en relieve la importancia de la salud mental en las políticas sanitarias de los países, en este caso, los ministros de Salud de África aprobaron en agosto pasado una estrategia para reforzar la atención de la salud mental, estableciendo objetivos para 2030, como por ejemplo, que todos los países tengan una legislación sobre esta materia.
Según los datos de la OMS, la región cuenta con un psiquiatra por cada 500.000 habitantes, 100 veces menor de lo recomendado por el ente.
Aunque la OMS recomienda desde hace tiempo la descentralización sistemática de la atención de salud mental a los entornos comunitarios, sólo el 25% de los países que respondieron, cumplían todos los criterios para la integración de la salud mental en la atención primaria.
