La Federación Internacional de Natación (FINA) restringe la participación de mujeres transgénero en las competiciones femeninas si no han completado su transición a los 12 años, según reza la nueva normativa.
En medio del Campeonato Mundial de Budapest, se realizó un Congreso que contó con la participación diversos especialistas para debatir el tema de género y rendimiento físico; que concluyó con la aprobación, con 71% de apoyo, de la nueva política de género que prohíbe la participación de mujeres transgéneros en competiciones femeninas.
“Las mujeres transgénero suelen retener ventajas físicas, incluso cuando se suprime la segregación de testosterona” argumentó el informe científico expuesto en el Congreso.
No obstante, la nueva normativa si contempla la participación de mujeres trans, con una consideración específica: “no haber experimentado ninguna parte de la pubertad masculina” más allá de la etapa 2 de la escala de Tanner, una escala que valora la maduración sexual a través del desarrollo físico de los niños, adolescentes y adultos, “o antes de los 12 años, lo que ocurra más tarde”.
El caso de la nadadora transgenero, Lia Thomas, fue el detonante de las denuncias sobre la ventaja que representa competir profesionalmente siendo mujer, pero en el cuerpo de un hombre. Thomas compitió en la categoría masculina sin mayores luces, y luego de hacer la transición de sexo logró incursionar en las categorías femeninas donde logró arrasar en todas las competiciones.
La nadadora transgénero, defiendió su derecho de competir en las mismas condiciones: “No soy un hombre. Soy una mujer así que pertenezco al equipo femenino. Las personas trans merecemos el mismo respeto que cualquier otro atleta recibe”.
A raíz de esto, un grupo de familias de varias nadadoras vertieron su descontento en una carta dirigida a la Asociación de Deportes Universitarios de Estados Unidos, en el que consideraban la participación de mujeres transgéneros, como una “amenaza directa” para las atletas femeninas.
Según el Comité Olímpico Internacional, para participar en categorías femeninas se debe cumplir con un nivel máximo de testosterona de 10 nanomoles por litro de sangre. Otras federaciones, como la World Rugby prohibió expresamente la participación de mujeres trans.
Finalmente, como medida para mitigar la ola de críticas por discriminación que surgieron a raíz de esta decisión, se dio a conocer que la FINA propondrá la creación de una categoría “abierta” para aquellas personas cuya identidad de género sea diferente a la de su nacimiento.