El Parlamento alemán (Bundestag) aprobó por unanimidad el reconocimiento como genocidio de los crímenes cometidos por la milicia yihadista de Estado Islámico (EI) sobre la minoría religiosa yazidí en el norte de Irak y Siria.
La moción había sido presentada conjuntamente por las tres formaciones de la coalición de Gobierno, y la oposición conservadora. Tras un debate intenso, recibió en la votación el apoyo también de la Izquierda y de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).
Todos los diputados presentes votaron a favor del texto. "Nuestra misión no es sólo reconocerlo, sino también rendir justicia a las víctimas", afirmó la ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock.
El texto de la resolución establece que los crímenes cometidos por EI suponen "un genocidio, en el sentido de lo establecido por Naciones Unidas para la protección de las víctimas y persecución judicial de sus responsables".
El texto del Bundestag también formula demandas al Gobierno alemán, desde procesos judiciales contra los sospechosos en Alemania hasta apoyo financiero para recopilar pruebas en Irak, y apoyo para la reconstrucción de las colonias yazidíes destruidas.
La milicia de EI tomó el control en 2014 de las regiones del norte de Irak donde desde hacía siglos se habían establecido los yazidíes, y de los que se retiraron ante las atrocidades sufridas.
Se estima que unos 5.000 hombres adultos fueron asesinados, mientras que el número de mujeres secuestradas y esclavizadas se calcula en unas 7.000.
Además, 300.000 miembros de esa minoría viven actualmente en campamentos de refugiados del norte de Irak.
Antes de Alemania habían reconocido ya como genocidio los crímenes contra los yazidíes los Parlamentos de Países Bajos, Bélgica y Australia.
La resolución del Bundestag alemán sigue a la condena a cadena perpetua dictada en 2021 por un tribunal de Fráncfort contra un exmiembro de EI iraquí, que en 2015 dejó morir de sed a una niña de cinco años a la que mantenía esclavizada junto con su madre.
Unos meses antes había sido condenada a diez años la esposa del yihadista, de nacionalidad alemana, por no haber auxiliado a la menor ni haberle evitado la muerte.
