El presidente de Rusia, Vladimir Putin, firmó este martes un decreto que prohíbe el suministro de petróleo a los países que impusieron un tope de precios con respecto al producto ruso.
El país euroasiático dejará de vender crudo a las naciones que se unieron a la medida impuesta por los países del G7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá), la Unión Europea y Australia, en la que el petróleo ruso era vendido a 60 dólares por barril.
De acuerdo al documento oficial, ‘’en relación con las acciones no amistosas y contrarias al derecho internacional de EEUU y los Estados extranjeros y las organizaciones internacionales que se han unido a ellas, se prohíben los suministros de petróleo y productos petrolíferos rusos a personas jurídicas y físicas extranjeras’’.
La medida estará vigente a partir del 1 de febrero del próximo año, y permanecerá en pie hasta el 1 de julio.
A principios de este mes, los países que conforman el G7, la UE y Australia, acordaron imponer un tope de 60 dólares por barril del crudo ruso. Estas naciones esperaban ‘’restringir la principal fuente de ingresos’’ del país liderado por el Kremlin, para desestabilizar el operativo militar en Ucrania.
En este sentido, el Gobierno ruso calificó esta iniciativa occidental como una ‘’medida antimercado’’ que podría complicar considerablemente la situación en los mercados energéticos de todo el mundo, Además, advirtió que el país no planea ‘’suministrar petróleo’’ a los países y compañías que se unan a la limitación de precios.