Este viernes la Organización Mundial del Comercio (OMC) falló a favor de China por las tarifas impuestas por Estados Unidos a las importaciones de acero y aluminio del gigante asiático.
La OMC declaró como contrarias a las normas comerciales internacionales, los aranceles del 25% a las importaciones de productos de acero y del 10% a los productos de aluminio durante la administración de Donald Trump.
Según los especialistas, las medidas comerciales tomadas por EEUU eran inconsistentes con las regulaciones de la OMC. Por lo tanto han recomendado que sean modificadas.
Sin embargo, el fallo podría caer en un limbo legal, ya que Washington podría llevarlo a la máxima instancia de la OMC, el Órgano de Apelación, que está bloqueado desde 2019 precisamente por la negativa estadounidense a nombrar nuevos jueces que lo formen.
Desde ese momento, OMC quedó prácticamente inoperativa, como parte de la estrategia Trump por desmontar el organismo que regula el comercio internacional desde 1995.
Pese al cambio de presidencia en el país norteamericano, Estados Unidos no tiene previsto acatar la sentencia. En un comunicado, la Oficina del Representante Comercial del país ha rechazado la "interpretación y conclusiones erróneas" de la OMC.
"Estados Unidos ha tenido la posición clara e inequívoca, durante 70 años, de que los asuntos de seguridad nacional no pueden ser examinados en el mecanismo de disputa de la OMC y que la organización no tiene autoridad para capacidad para cuestionar la capacidad de un Estado miembro de la OMC de responder a las amenazas para su seguridad", ha indicado la Oficina.
La Administración Biden señaló que "no tiene intención" de eliminar los aranceles como resultado de estas disputas.
Por su parte, Noruega, Turquía y Suiza se han unido a China en la disputa por las tarifas estadounidenses, que contribuyeron a una guerra comercial entre Washington y China que no se ha reducido del todo durante la actual presidencia de Joe Biden.