El primer soldado ruso acusado de crímenes de guerra en Ucrania, Vadim Shishimarin, ha sido condenado a cadena perpetua en un tribunal de Kiev, por el asesinato de un civil en la región de Sumi al norte del país.
Sin inmutarse por la decisión del tribunal, Shishimarin escuchó su sentencia dentro de un habitáculo de cristal blindado vestido con una sudadera.
Sergii Agafonov, juez que deliberó el caso, informó que el soldado de 21 años disparó a un civil que no iba armado y que lo hizo pese a que la víctima, un hombre de 62 años, no había mostrado agresividad alguna.
Esta decisión está basada en el artículo 438 del Código Penal de Ucrania, relativo al maltrato o muerte de prisioneros de guerra o civiles.
Agafonov resaltó que el militar ruso “violó las leyes y costumbres de la guerra”.
Durante los tres días que duró el juicio, se establecieron las bases para los próximos casos del sistema judicial ucraniano, en paralelo, a las investigaciones realizadas por organismos internacionales por el actual conflicto bélico.
El tribunal ucraniano presentó diversas pruebas para corroborar que el 28 de febrero, Shishimarin y otros cuatro soldados rusos conducían un automóvil por la aldea de Chupajivka en la provincia de Sumi cerca de la frontera con Rusia. En ese momento, se encontraron a un campesino que estaba hablando por teléfono y sin mediar palabra, Shishimarin tomó su kaláshnikov y le disparó en la cabeza.
Después del acto, intentaron huir, pero fueron capturados por las fuerzas de Kiev. El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) publicó un vídeo en el que Shishimarin confesaba haber disparado contra un civil.
Medios ucranianos detallaron que Shishimarin, originario de Irkutsk Oblast, cerca de Mongolia; llevaba tres años en el ejército ruso. También destacan que era el mayor de cinco hijos y entró a las fuerzas armadas para ganar algo de dinero y ayudar a mantener a su familia.
